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Acantilados de Moher

Los acantilados de Moher, en Irlanda, son uno de los paisajes naturales más asombrosos y una seña de identidad del país. Su altura ronda los 230 metros y se extienden a lo largo de 7 kilómetros. Los acantilados de Moher son un lugar privilegiado para el avistamiento de aves. Además, existe un centro de visitas, aparcamiento y un sendero que recorre los acantilados en toda su extensión.

La O´briens Tower, de planta circular, se construyó en el siglo XIX. Desde la misma es posible divisar las islas de Aran, las montañas Maun de Connemara y la bahía de Galway. En definitiva, estamos ante un lugar paradisíaco y con unas vistas incomparables.

En el centro de interpretación se ofrece una completísima información sobre la historia y la geología de los acantilados. La entrada cuesta 4,95 euros para adultos y 2,95 para los niños de entre 4 y 16 años.

Para llegar hasta los acantilados de Moher y con el mapa de Irlanda en la mano, hemos de tomar la autovía M-50 desde Dublín. En Galway debemos dirigirnos hacia Moher, a través de una carretera plagada de curvas, aunque con vistas irrepetibles.

En los acantilados de Moher son usuales los carteles advirtiendo del peligro y de los posibles riesgos por caídas, que podrían ser fatales. Con sumo cuidado, puede contemplarse un espectáculo único de la naturaleza, donde gozarán los aficionados a la fotografía.