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Puerto de Limassol

La isla de Chipre se muestra como un destino turístico con grandes potencialidades para ser explotado. Dentro de ella, la ciudad de Limassol es una de las de mayores atractivos culturales e históricos.

Su puerto resulta uno de los más importantes del Mediterráneo europeo, por el que desembarcan millones de turistas cada año, que llenan las arcas económicas del estado chipriota.

En Limassol se guarda mucho de la era bizantina, y en la memoria han quedado las continuas invasiones marítimas y los conflictos políticos en los que se envolvió, debido a que otras potencias aspiraban a ganarse su posición estratégica.

Hace un poco más de tres décadas que la ciudad giró sus rumbos hacia el turismo, por lo que proliferaron rápidamente, hasta llegar a lo que es hoy, una gran cantidad de bares, discotecas y sobre todo hoteles.

El principal puerto de la isla está lleno de interesantes emplazamientos arqueológicos con los restos de antiguas termas y mosaicos y se rodea de hermosas playas. Se divide en dos zonas: la vieja y la nueva. La más antigua se destina a albergar bares y restaurantes, así como a exportaciones e importaciones de vinos. Por su parte, la zona moderna posee un área comercial y se dirige a los ferries y a los contenedores y pasajeros.

Un puerto con mucho que ver

Cerca del puerto existen múltiples edificaciones con valores arquitectónicos e históricos. Ruinas griegas y romanas y restos medievales se muestran en la excursión a Curium y Omodos, con edificios como el Monasterio de la Santa Cruz. El Castillo de Limassol, el Museo Medieval, el Museo Arqueológico, el Museo Folklórico, el Recinto de Amathus, la Roca de Afrodita, entre otros, son de gran agrado para la mayoría que los visita.

Todos estos lugares se pueden visitar fácilmente, ya que el puerto se encuentra a unos tres kilómetros al oeste de la ciudad. Cuando desembarcan los cruceros existen taxis y minibuses que facilitan la transportación.