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Lago Atitlán

El Lago Atitlán se distingue por la pureza de sus aguas. En las partes centrales se dice que puede llegar al 99 por ciento de pureza, lo que se menciona fácil, pero… En Centroamérica resulta el de mayor profundidad y la caldera volcánica llamada “Los Chocoyos” lo acoge y le permite ostentar una singular belleza.

El microclima que se respira aquí, gracias a los 15 grados de latitud norte y los 1600 metros de altura sobre el nivel del mar es muy agradable. De hecho, la frase de que Guatemala es el país de la eterna primavera surgió a orillas del lago Atitlán.

Su profundidad es de unos 318 metros y en la misma orilla se hace difícil dar pie. Varios pueblos se ubican en sus alrededores, por lo que los turistas que desean conocer y disfrutar del lago tienen todas las posibilidades de hacer una estancia tranquila. En el lago se puede practicar la pesca, el esquí acuático, la natación y montar en barca.

Aunque haga frío, se observa constantemente a grupos nadando en sus orillas, pues el agua de las orillas del lago es cálidamente tibia. El kayaking se puede realizar durante varias horas, pero el sistema de seguridad del lugar prohíbe, a partir de las 16:00 horas, los recorridos entre pueblos, por un fenómeno llamado “Xocomil”, que agita las aguas.

Bellezas de la zona

Como la vida del hombre siempre ha dependido del agua, desde hace miles de años los indígenas que han vivido por estos lares se han ubicado a las orillas del Atitlán, un lago que mide 18 km de largo y 13 km de ancho. Por supuesto, que el visitante se impresionará también con la preservación de las tradiciones indígenas, el ascenso a cerros y volcanes (muy cerca están el Atitlán, Tolimán y San Pedro que proporcionan una vista perfecta del lago desde sus cimas), la travesía a bosques densos y tupidos, y la observación de distintos tipos de aves, incluido el Quetzal, ave nacional de Honduras.