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Volcán de Pacaya

Resulta uno de los volcanes más visitados de Guatemala, hecho que se incrementa por permanecer humeante casi todo el tiempo. Este atractivo lo convierte en un fuerte candidato a continuas visitas, aún cuando los 2,500 metros sobre el nivel del mar en que se encuentra sean una barrera.

El Volcán de Pacaya, al haber sido declarado Parque Nacional en 2005, cuenta con una gran cantidad de guardianes y positivas medidas de seguridad, en aras de preservar las condiciones del paisaje y de cuidar la vida de las personas. Es que no es cosa de juego su ascenso y nunca está de más la precaución.

Cuando el viento lo permite, se puede apreciar el color amarillento del suelo y el borde del cráter, el que se hace delicado en algunos lugares, por peligros de derrumbe y sus altas temperaturas.

Los ríos de lava que corren por sus laderas han sido desde el 2006, fecha en que se incrementó la actividad volcánica del Pacaya, un gran atractivo para las personas que no conocen lo que es un volcán. Ya en mayo de 2010 hizo erupción y la columna de ceniza alcanzó hasta los 1500 metros de altura, afectando a la Ciudad de Guatemala y otros tres departamentos del país. Incluso miles de personas tuvieron que ser evacuadas, con varios heridos y algunos muertos.

Hace miles de años que realizó su primera erupción, pero ya se contabilizan al menos unas 23 erupciones desde la época de colonización española de América en Guatemala, lo que demuestra su fuerte actividad.

Ubicado a unos 50 kilómetros de la ciudad de Guatemala, la visita al volcán no se hace difícil, pues existen buses que conducen hasta el pueblo donde está ubicado. Además, hay servicios turísticos privados directos hacia el volcán y tours públicos acordes a los gustos de cada cual.

El precio que tienen que pagar los extranjeros para entrar al Parque Nacional de Pacaya es de 25 queztals, es decir, 2,34 euros.