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Maravillas de la arquitectura eslovaca: Castillo de Devin

Una de las excursiones más recomendables para hacer en Eslovaquia es visitar el Castillo de Devin. Para acceder, el turista puede montarse en un barco desde Bratislava e iniciar la travesía en el embarcadero cercano al Teatro Nacional. Este imponente castillo se encuentra a 15 kilómetros de la ciudad, remontando el Danubio. Se puede ver desde la lejanía, ya que además de su magnitud, está emplazado sobre un peñasco. Esta era una situación estratégica en la antigüedad ya que allí confluyen los ríos Danubio y Morava.

Historia del Castillo

Construido en el siglo IX, el Castillo de Devin es uno de los más antiguos de Eslovaquia. Se encuentra a más de 200 metros de altura y desde él se pueden contemplar unas impresionantes vistas. Esta cima ha tenido presencia humana desde el Neolítico, con fuerte influencia celta y romana, ya que construyeron sus fortalezas en este lugar. Entre las ruinas de origen romano se encontraron las que constituyen la primera iglesia cristiana al norte del Danubio.

En el siglo XIII fue erigido un castillo medieval de piedra para proteger la frontera del oeste del Reino de Hungría. Durante las guerras contra el Imperio otomano, en el siglo XV, se le agregó un palacio al castillo, y sus fortificaciones fueron reforzadas. Sin embargo, la mano ambiciosa de Napoleón Bonaparte hizo que se destruyera en 1809. Por suerte hoy se conserva una parte importante de su historia, gracias a una reconstrucción realizada en el siglo XX.

El poeta húngaro Endre Ady, como otros muchos más románticos, se han inspirado en el castillo de Devin para utilizarlo como símbolo de la modernidad y la occidentalización. Junto a otros importantes castillos como el de Bratislava, es una insignia nacional para los eslovacos y resguarda parte de sus memorias en un museo.

Cómo llegar

Los turistas puede llegar hasta él en barco o también pueden coger un autobús desde la estación Park Kultury hasta Devin. Los que prefieran viajar en coche, lo más recomendado es que se dirija a la localidad de Karlovas Ves y desde ahí continuar circulando por la carretera paralela al Danubio.

Los días nevados de invierno le dan una imagen blanca irrepetible. En la parte superior hay un pozo donde tirar monedas y pedir un deseo, por lo que si se viaja con niños se divertirán lanzándola dentro. A la entrada del castillo se encuentran los restos de lo que hace muchos años fue una iglesia.